16.8.05

Plegaria

Vender santos. Comprar almas. Cazar detractores. Limpiar conciencias.
Para subsistir, el sistema necesita de las religiones tanto como de los ejércitos.
Con instituciones interiormente pútridas, la iglesia católica precisa de los pobres que el sistema crea para montar su farsa. Judíos y Musulmanes se matan mutuamente en nombre de su fe, pero el trasfondo huele a dinero y poder.
Mientras tanto, en medio de tanto circo, los excluidos siguen siendo asesinados por hambre, por bala, o por indiferencia.

Y no hay dios que los ampare.