3.11.04

La costumbre del miedo

Raúl era un hombre morrudo, aunque pequeño. Casi tan pequeño como el mundo que lo circundaba. En su pequeño mundo había poco más que un manojo de tragedias y temores, algún que otro fracaso, un puñado de errores y, por su puesto, un desamor.
Cierta vez, me contaba lo costoso que era para él abandonar sus cuatro paredes.
- Es que soy un pobre tipo – suspiró como desinflándose – y siempre es a nosotros a los que nos pasan las peores cosas -.