25.10.05

Espejismo

"Si estuviera entero, dejaría de ser tu otra mitad.
Encerrado entre tus formas, para siempre".

Me hubiese quedado para siempre así: Frente a frente, dos vasos, una charla, tu sonrisa inquieta. Y el mundo inmóvil.
Y ya sé: El espejismo no pasará jamás.

21.10.05

Elecciones

Como bien dice un graffiti pintado cerca de casa, en caballito:
"Cuidado a quien votás".

19.10.05

Carroñeros

Paraná tiene dos caras. La más oscura, la que no sonríe, cobija en sus calles de barro y piedras a todos aquellos que el sistema esconde debajo de la alfombra.
Para evidenciar aquello de que el hambre es un crimen, sólo es necesario abrir los ojos y los oídos.
En el Hospital Materno Infantil San Roque de la ciudad entrerriana, se le apagó la vida a un bebé de dos meses, producto del hambre y de la sed. Y sus ocho hermanos están igual. Fatigados de hambre, sin salud, con lo inevitable en el horizonte.
Sin embrago, el poder sigue mirando al costado. Sigue comiendo de la carroña que él mismo crea.



Fuente: Agencia de Noticias Infover

14.10.05

De caras tapadas y caraduras

La gente tiene hambre, y el hambre no se politiza.
Quisiera verlo a usted, Doctor Nadie, comiendo y dando de comer con $150 por mes. Eso es lo que debe gastar en cada una de sus cenas de negocios.
¿Con qué cara, Doctor Nadie, cierra las puertas de un diálogo que nunca existió? ¿O acaso no se da cuenta de que sus actos, de puro inexistentes, se están llevando 100 chicos por día? Chicos que nunca, jamás, conocieron aquello de ser los únicos privilegiados.
De nada sirve, Doctor Nadie, pegarle una trompada a quien necesita una caricia.
Le pediría que mire fijamente todos esos ojos, sólo durante un minuto, sin correr la mirada. Y que me dijera que ve, que siente.
Empero, Doctor nadie, la ceguera es su enfermedad preferida. Porque lo deja ser sin hacer. Lo deja vivir sin sentir.
La frazada es corta, y los abrigados son siempre los mismos.

12.10.05

En el país de los ciegos

Una familia entera duerme en un colchón ubicado en plena calle Bartolomé Mitre, mientras los ciegos pasan, indiferentes. O lo que es peor, acostumbrados.
El cíclope de vidrio nos mira, emboba y distrae. Perfecta herramienta para desinformar. Mejor excusa para ensimismarse. La caja, tu ombligo, y la apatía como plato principal.
En cada esquina se vende miedo. Los ojos se entrecierran, las miradas se persiguen. Se aprietan los puños, se chocan los hombros. ¿Quién da más?.
La impunidad sigue cubriéndolo todo con su enorme manto. Desfachatados, ya ni siquiera se limpian el colmillo después de morder.
Caen las caretas y la verdadera máquina empieza a funcionar. Los engranajes son los de siempre, y las monedas caen siempre del mismo lado.
Pero hay fuegos que no se apagan. Y algún día seremos hoguera. Y todo va a arder.

3.10.05

Persepciones

Acabo de descubrir que para ser un gran orador, ya sea en conversaciones cotidianas o en discursos públicos, es necesaria una gran cuota de egocentrismo. De lo contrario, los temas de charla se evaporan más rápido que un charquito en enero.
Y también me di cuenta de por que soy un tipo tan callado.
Y me puse contento.